El fútbol femenino sí sale del armario
La homosexualidad sigue siendo un tema tabú en el mundo del fútbol. Gritos homófobos en las gradas, cánticos de ‘maricón’, y un silencio que continúa hoy en día. En esta batalla contra la homofobia y la bifobia, las mujeres llevan años liderando el camino dentro y fuera del terreno de juego, y es que el fútbol femenino no se esconde en el armario.
Ellas sí se atreven
En el fútbol masculino tan sólo 16 jugadores han revelado su homosexualidad abiertamente, siendo el primero Justin Fashanu en 1990. Desde entonces cada vez que un futbolista ha dado el paso, los medios han tratado la noticia como un hecho insólito, excepcional, minoritario, como si no hubiera hombres homosexuales en la faz de la tierra.
Desgraciadamente, todavía a 2024, el mayor estigma de la masculinidad de nuestro deporte es ser homosexual. Una realidad muy alejada de las jugadoras, que, con la misma presión social, sí se han atrevido, ejemplificando una vez más la valentía y el carácter luchador que les honra.
Al respecto, preguntamos a algunas Players qué opinión les merece la lucha a favor de los derechos LGTBIQ+ en los últimos años.
Rosa Márquez: “me siento orgullosa de la visibilidad y naturalidad con la que el futfem acoge no solo estos derechos si no cualquier tema con el que la sociedad necesita un empujón. Tener la libertad de poder expresarte tal y como eres, sin miedo a ser juzgada”.
Nerea Eizagirre: “celebro que en los últimos años se ha visibilizado mucho este tema. Todo ser humano debería de tener su libre expresión y más aún respecto algo tan íntimo como su orientación sexual”.
Esther Martín – Pozuelo: “estoy orgullosa del cambio a mejor producido. Sin embargo, me entristece que tengamos que seguir reivindicando para que las personas se muestren tal y como son sin miedo a sentirse juzgados, criticados o desplazados”.
Iris Arnaiz: “Es un derecho de cualquier persona, el ser libre de expresar sus emociones, sentimientos y opiniones”.
La lucha por los derechos LGBTQIA+ es todavía sólo femenina
Cada vez es más común ver campañas impulsadas por entidades grandes y pequeñas ligadas al fútbol a favor del amor libre. Este mes de junio, la FIFA mostró su apoyo a la comunidad LGBTQIA+, izando la bandera arcoíris sobre su sede en Zúrich, Suiza.
En febrero, por el Día Internacional Contra la Homofobia en el deporte, la Liga F llevó a cabo una campaña a nivel nacional denominada, “Amor por los cordones”, durante la cual se entregaron cordones de todos los colores a jugadoras, público y cuerpo técnico con el fin de concienciar a la sociedad sobre la importancia de la inclusión, la tolerancia y el respeto en el deporte.
Sin embargo, estas acciones a favor de la diversidad tan sólo conforman una realidad comúnmente aceptada en el futfem pero NO en el masculino, y a los hechos nos remitimos.
En 2022, la periodista sueca y especialista en fútbol femenino, Mia Eriksson, lanzó una pregunta en Twitter que no tardó en viralizarse:
“¿Cuántas tarjetas amarillas se habrían producido en la Eurocopa femenina 2022?”.
La pregunta hacía alusión a la abrumadora diferencia entre lo sucedido en el Mundial masculino de Qatar, donde los brazaletes con los colores arcoíris despertaron un debate internacional y una prohibición por parte de la FIFA, -sí, el mismo organismo que hace unos días alzaba la bandera del arcoíris en su sede central- y los dos últimos grandes eventos femeninos: Eurocopa de 2022 y Mundial de 2019, en los que el brazalete de la comunidad LGTBI se instauró con naturalidad, sino prácticamente siendo un elemento más de las vestimentas de las diferentes selecciones femeninas.
“El fútbol masculino se ha convertido realmente en un lugar feo y debería aprender muchas cosas buenas del fútbol femenino”, culminaba el Tweet de la periodista.
Y sí, en lo que respeta a la lucha por los derechos sociales, las mujeres futbolistas han liderado el frente conforme han ido ganando voz y visibilidad, especialmente en este último lustro.
Ellas allanaron el camino
A través del fútbol y de su victoria en el Mundial 2019, Megan Rapinoe logró mucho más que un título junto a sus compañeras. La estrella norteamericana aprovechó el álgido momento mediático para alzar la voz a favor de quienes estaban siendo oprimidos por la presidencia de Donald Trump, especialmente las personas negras, por un lado, y el colectivo homosexual, por otro.
«Siento que es mi responsabilidad». Una responsabilidad que ha cargado a sus espaldas y que le ha llevado a ser un símbolo del colectivo LGBTQIA+ en todo el mundo.
En el mismo Mundial de Francia en 2019, la sueca Magdalena Eriksson y la danesa Pernille Harder, manifestaron su compromiso con el colectivo, dando normalidad a su relación a través de un beso en público que acaparó el foco mediático y social.
«Con las reacciones a la foto nos dimos cuenta de que éramos referentes no solo en el fútbol, sino en la sociedad. Podemos ayudar a otras personas a sentirse ellas mismas», explicaba Pernille Harder en una entrevista con Common Goal.
Las jugadoras españolas referentes LGTBI
Jugadoras como Mapi León, Teresa Abelleira, Ivana Andrés, Irene Paredes o Alba Redondo no sólo son referentes de nuestro fútbol, sino que les une un denominador común: reivindican y normalizan el derecho a amar abiertamente a quien un@ quiera.
Aunque dar un beso no debería ser motivo de noticia, la realidad es que el beso de Alba Redondo a su novia tras su doblete ante Zambia en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda, fue un gesto que protagonizó titulares y que fue socialmente aplaudido.
La estampa de Irene Paredes acompañada por su pareja e hijo durante el Mundial no sólo visibiliza y naturaliza el concepto de ‘familia’ conformado por dos mamás, sino que marcó un hito sin precedentes en el fútbol, en cuestión de derechos sociales como es la maternidad y el derecho a conciliar.
Otra mujer referente y que también viajó a Australia con su mujer y familia es la central Ivana Andrés, quien acostumbra a mostrar públicamente su vida íntima y sentimental en redes sociales.
Teresa Abelleira es otro claro ejemplo. No obstante, la gallega ha sido más reivindicativa en sus redes sociales, desde que, en 2019 al hacer pública su relación con su pareja, recibió ataques homófobos.
Insultos que nuevamente se repiten. Este junio de 2024 Jennifer Hermoso y Misa Rodríguez publicaron una fotografía juntas de vacaciones en Formentera, y lamentablemente, les llovieron mensajes llenos de odio y completamente fuera de lugar: “Lo de dejar la puerta abierta en las concentraciones era por algo”, “Lo de las tijeras en las concentraciones de la selección era cierto” y “Jorge Vilda tenía razón. Mucha razón”.
Afortunadamente, no todo fueron ataques. Cientos de usuarios y figuras públicas como Lola Indigo salieron en defensa de la jugadora de Tigres y de la portera del Real Madrid.
La historia de amor de Merel y Willy
La historia de nuestras Players es la clase de historia que ejemplifica la frase “el amor todo lo puede”.
Se conocieron en 2016 como compañeras en el Ajax, y desde entonces, no se han separado. A pesar de que Willy colgó las botas en 2020 y Merel sigue en activo en Rayadas, México, continúan siendo compañeras, pero de vida.
En junio de 2023 se dieron el “Sí, quiero” y un año después están esperando a su primer hijo, una niña. Quién sabe si también será futbolista siguiendo el ejemplo de sus mamás. Lo que sí es certero es que tendrá dos referentes, muy valientes, que desde el primer día que iniciaron su relación han mostrado abiertamente al mundo el amor que les une.
«Creo que las mujeres en el fútbol hemos tenido la valentía o la libertad de decir que nos hemos enamorado de una mujer. Ya de entrada, convivimos con el prejuicio de que todas las que nos dedicamos a este deporte somos lesbianas«
El problema al que se enfrentan ellos es la presión social, porque en todos los ámbitos hay hombres gay. Sin embargo, en el fútbol resulta que no existen, que en Primera División no hay gays», reflexionó Willy en una entrevista en 2023 a Mujer Hoy por el mes del Orgullo.
El reconocimiento y la visibilización de la homosexualidad propia es otra lección de valentía de futbolistas como Merel, Willy y tantas otras, que, desde hace años, ha hecho posible una cultura de normalización y aceptación sin precedentes.
Lamentablemente todavía en pleno siglo XXI, días como hoy siguen siendo trascendentales para defender que ‘el amor es libre’, y que es demasiado bonito como para esconderlo en el armario.
EL AMOR SE CELEBRA, ¡FELIZ DÍA DEL ORGULLO!
Comments