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Jose FM

¿Hacer deporte implica estar sano?

Actualizado: 8 abr 2022





La celebración del día de la salud es una oportunidad idónea para sacar a debate la disyuntiva que existe entre salud y rendimiento. Hoy le cedemos el teclado a nuestro entrenador de confianza en la agencia Jose Fernandez Madrigal y le lanzamos la pregunta ¿Están todas las deportistas realmente sanas?


Ciertas actitudes que se adoptan para llegar en un pico de rendimiento a una competición conllevan consigo actitudes que no siempre son sanas. Así que sí, el/la mejor atleta del mundo seguramente no esté sano/a.

 
¿qué es estar sano?

Si buscamos la palabra “salud” en Google, la primera definición que nos da el buscador dice lo siguiente: “Es un estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Esta definición nos muestra la salud como un puzzle. Un mosaico que puede estar constituido por múltiples piezas de igual importancia -relaciones sociales, emociones, trabajo, economía o nutrición entre muchas otras-. Si falta alguna de estas piezas, el puzzle estará incompleto y, por lo tanto, una persona no estará sana al 100%.


Gracias a esta definición, la afirmación inicial cobra más peso. Debido a todos los sacrificios diarios que realiza para mantener su estatus, el mejor atleta del mundo -seguramente- no es una persona sana. Y es que el rendimiento deportivo, desgraciadamente, no está ligado a la salud, ya que es muy probable que anteponga el éxito en su disciplina por encima de la salud.


La competitividad del deporte, la autoexigencia de cada deportista o la exposición mediática son sólo algunos de los motivos que pueden generar estrés en los competidores. Ese estrés significa malestar mental y, si no tenemos esta pieza, el puzzle no está completo.


¿Podríamos suplir la ausencia de esta pieza con otras más grandes? Entendiendo las secuelas que puede sufrir por ejemplo una futbolista, podríamos abrir un nuevo debate sobre si los sueldos que reciben nos parecen altos, bajos o justos. Pero no, si falta una pieza, da igual el tamaño de las otras. La salud no se compensa.


Y es que la experiencia más reciente nos debería abrir los ojos. Si hay algo que hemos aprendido de la reciente pandemia es la importancia de la salud. Si no hay salud, todo lo demás pasa a un segundo plano.



trabajo individual PARA LAS FUTBOLISTAS

El hecho de que el fútbol sea un deporte colectivo, y en el que lo más importante es un entrenamiento y rendimiento conjunto, no choca con que, para llegar al rendimiento máximo e individual de todas las jugadoras, se deban seguir planes diferentes. Las jugadoras deben conocerse lo suficiente como para saber qué es lo que necesitan para llegar a su máximo potencial. Y es el club quien les debe ayudar, en primer lugar proporcionándole las herramientas necesarias, tanto para conocerse como para sacar su máximo potencial.


Obviamente no es necesario que una jugadora contrate unos servicios externos al club siempre y cuando el equipo le dé todo lo que necesita. Si la jugadora hace esto es porque busca un complemento externo a las herramientas que le proporciona el club -si es que se las proporciona- sea cual sea el motivo.



Dentro o fuera de su equipo, debería ser obligatorio que cada futbolista siga un plan específico para llegar a su pico de rendimiento. Si lo consigue utilizando las herramientas que le brinda su club, perfecto. Si prefiere solicitar ayuda externa para ello, perfecto también. No olvidemos que todos los agentes que intervienen en el fútbol, sea cual sea el nivel al que se desarrolla, buscan lo mismo: el máximo rendimiento del equipo, que pasa a su vez, por el máximo rendimiento de cada jugadora.


LA SALUD EN LA SOCIEDAD

Obviando la parte del rendimiento deportivo, hacer ejercicio no es una actividad que sea exclusiva para aquellos que dedican su vida a una disciplina. Si no se hace ejercicio, es imposible estar realmente sano. Las personas necesitamos movernos, está en lo más profundo de nuestro ser. Y aunque cada vez es un pensamiento que está más presente en la sociedad, todavía falta un gran camino por recorrer. Los profesionales de la salud debemos ser capaces de motivar a las personas a realizar actividad física. Y estas personas, a su vez, lo compartirán con su entorno una vez vean los beneficios de sus nuevos hábitos. Así se creará una cadena que avance exponencialmente.


Un factor clave para ello es conocer y respetar los gustos y motivaciones de cada uno. Personalmente, estoy convencido de que a todo el mundo le gusta realizar un tipo de actividad física: bailes de cualquier estilo, petanca, deportes de balón, de contacto… ¡las opciones son infinitas y tan sólo tienes que encontrar la que más te motive!


Como experto en ejercicio físico, obviamente conozco qué tipo de ejercicios o entrenamientos van a generar más beneficios en tu salud, pero no por ello debo obligarte a hacerlos. Mi objetivo es el de conseguir que te muevas, que te diviertas haciendo ejercicio y que evadas tus problemas. En resumen, que quieras seguir haciendo ejercicio.


Para terminar, me gustaría repetir el consejo que tanto me gusta dar: encuentra la actividad que más te guste y que mejor se adapte a ti y… exacto, ¡muévete!

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